Mensaje en botella

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Puerto Vallarta, México. Fotografía cortesía de @ceronne

Puerto Vallarta, México.
Foto cortesía de @ceronne

Por @helenistica

En pleno mar de la soledad

una botella es lanzada al agua.

Celosa en ella un mensaje guarda

que ansioso espera a ser leído.

Las olas van y vienen sin parar,

más al llamado nadie aún ha respondido.

 

Aunque el horizonte parece vacío estar

yo continúo emitiendo mi llamado.

Certeza de que alguien lo reciba no poseo,

sólo el mar con su eco me responde

poniendo a prueba mi paciencia y mis deseos

a veces mi esperanza entre la arena se esconde…

 

Pero repentinamente observo el panorama,

escucho el ritmo constante de las olas,

mi pecho se llena con la brisa salada

y no dejo de sentirme afortunada

de estar viva y pensar que no estoy sola,

que todo cuestión de tiempo y ganas.

 

Seguramente han habido días mejores,

con la confianza que da lo conocido,

sin embargo los periodos de incertidumbre

nunca están exentos del camino.

Continuar siempre es mejor que lamentarse,

lanzar la botella cada día antes que desmoronarse…

 

Si tu al igual que yo, frente a un mar estás

recuerda que no te encuentras del todo solo

respira profundo y levanta la frente,

pues la bruma nunca es permanente

para quien decide tomar riesgos

y su destino forjar valientemente.

Paciente camino,

@helenistica


Estoy perdid@, no encuentro mi brújula moral

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El mundo gira muy rápido, lo que hoy es noticia el día siguiente parecerá muy lejano… o con una analogía al estilo Twitter: el Trendind Topic de hoy mañana nadie lo recordará… (para muestra, Japón)

 

Recuerdo cuando estaba en la secundaria, llevábamos una clase que se llamaba «formación de valores», a través de la combinación del estudio de casos y el debate, nos planteaban dilemas éticos y opinábamos al respecto, en mi escuela trataban de “prepararnos para el mundo”, en ese momento no lo entendía; en aquel entonces, las opiniones estaban muy definidas y esas situaciones me parecían lejanas.

 

Hoy, cuando leo titulares de periódicos, cuando veo la “calidad” de la info que circula en los medios, me asqueo y me decepciono, tanta información me satura… todo es tan relativo… ésta realidad me decepciona.

 

Las opiniones de varios políticos o jerarcas eclesiásticos no son la mejor brújula pues sus juicios tendenciosos y la discordancia entre sus actos y lo que profesan provocan flojera y risa irónica.

 

Muchos dirían que no hay que tomarse la vida tan en serio,  ¿será?

 

¿Mantenerse al margen y no embarrarse?… Ver avanzar el mundo, por un camino que sabemos que está algo lejos de ser el correcto… ¿y no hacer nada?

 

NO, probablemente no haya una solución fácil, pero me niego a quedarme quieta, a criticar sólo hasta que sea época de elecciones o a proponer medidas hasta que «le lleguen» a algo (o a alguien) que me duela…

Por eso, en lo que llegan ideas claras, propuestas, aquí un extracto de un discurso que data de 1996, su autor Joe  Wright. Causó controversia en el momento de su proclamación, pero lo importante no son los callos que pisó en aquel entonces sino que ojalá el leer esas líneas pueda incitar un poco a la reflexión. No importa el medio, sólo el mensaje. Siempre podemos cambiar el rumbo, el punto crucial es saber a dónde.

Meg


Hemos perdido el equilibrio espiritual y hemos cambiado nuestros valores

Hemos explotado al pobre y hemos llamado a eso “suerte”

Hemos recompensado la pereza y la hemos llamado “ayuda social”

Hemos matado a nuestros hijos que aun no han nacido y lo hemos llamado “libre elección”

Hemos abatido a nuestros condenados y lo hemos llamado “justicia”

Hemos sido negligentes al disciplinar a nuestros hijos y lo hemos llamado “desarrollar su autoestima”

Hemos abusado del poder y lo hemos llamado “política”

Hemos codiciado los bienes de nuestro vecino y a eso lo hemos llamado “tener ambición”

Hemos contaminado las ondas de radio y televisión con groserías y pornografía y lo hemos llamado “libertad de expresión”

Hemos ridiculizado los valores establecidos desde hace mucho tiempo por nuestros ancestros y a esto lo hemos llamado “obsoleto y pasado”


Siempre puedes volver a empezar

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No sé si alguna vez en tu vida has sufrido un bloqueo creativo. Puede haber sucedido después de haber vivido un momento de mucha euforia (felicidad o quizás hasta depresión) o tras haber atravesado simplemente por alguna rachita de esas en las que la vida se parece  más que a otra cosa a un juego de tetris donde se empieza fácil pero cuyo nivel de complejidad va subiendo: hay que tomar decisiones rápidas, muchas piezas por acomodar…y zas! de pronto te sorprendes a ti mismo dejando de hacer las cosas que antes te gustaban tanto, postergando actividades y cambiando, como dice la frase, lo importante por lo urgente.

Fue más o menos algo así lo que me sucedió  mí. Sin saber cómo ni cuándo, de repente se me evaporaron las ganas, así es, las ganas de hacer algo que me apasiona y que estuve viviendo intensamente durante casi cinco años: ESCRIBIR.

Pasé mucho tiempo enfocada en la escuela, saliendo con mis amigos, entre los nervios que pasa un recién egresado durante su primera búsqueda de empleo. Me ocupé, me desocupé y me volví a ocupar. Cerré ciclos y empecé otros, cambié de país (y de continente) por seguir mi corazón y, aunque estoy contenta de todo lo que he hecho (y también de mis omisiones) de lo que sí de alguna manera me arrepiento es de no haber escrito en tanto tiempo, de no haberme dado el espacio para hacer algo que me apasiona y que es parte de mi esencia. Probablemente no estaba lista, pero ahora estoy aquí, ansiosa por empezar, por descubrir y sobre todo: lista para compartir un poco de mí.

Bienvenid@

Meg