Que el operacional de la vida no disuelva tus ganas de vivir

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Imagen cortesía de ageheureux.centerblog.net

A veces, si no es que más seguido de lo que pensamos, la cotidianidad y la velocidad de la vida nos sobrepasan. Sin darnos cuenta quizás, pasamos  una gran parte de nuestro tiempo entre los pendientes, trayectos y las obligaciones diarias.

Sería maravilloso si existiera una señal de alerta que se activara al descubrirnos viviendo la vida en “piloto automático”. Y es que eso no es vivir, sino sólo ir pasando los días con la capacidad de soñar adormecida por la preocupación, el miedo o el realismo excesivo.

Alarma

No sé si forme parte de nuestra naturaleza como seres humanos, pero imagino que más de uno hemos cometido el error de pensar alguna vez que el mundo gira en torno a nuestras “grandes” pequeñeces… lo cual no puede ser más falso.

Muchos hablan acerca de no perder de vista la “big picture” pero nadie dice cómo hacerle.

Y justamente, para evitar que nuestra vida se reduzca a sólo una secuencia de días, para no dejar que la llama interior se nos apague… el secreto es no permitir que el operacional de la vida nos haga perder de vista nuestros sueños ni las actividades que disfrutamos verdaderamente hacer.

Esto es aplicable al ámbito profesional, de pareja y a la íntima relación que cada uno lleva consigo mismo.

Aquí comparto algunas de las actividades que, por experiencia, me están ayudando a no nublar mi visión general del panorama por estar demasiado enfocada en los detalles :

-Leer : De todo y en lugar de ver televisión. Leer permite conocer, llenar la cabeza de otros mundos, de otras ideas, es sin duda una manera de viajar y de aprender.

-Viajar : Cada vez que sea posible. Viajar permite descubrir y enfrentarse a nuevas experiencias. Dependiendo del tipo de turismo que guste a cada quién, viajar permite salir de la zona de confort, o al menos de la zona conocida.

-No tomarse las cosas (ni a uno mismo) demasiado en serio. En el más exquisito y distinguido español mexicano,  esto se llama “vale-madrismo”. En castellano se conoce como relativizar las situaciones :) .

-Descansar, hacer pausas : Algo que en lo personal me cuesta trabajo, pero que sigo tratando de llevar a cabo. Descansar es necesario, permite resetear el cerebro, ver con claridad. Hacer respiraciones profundas ayuda, sin embargo el descanso es necesario para poder seguir siendo productivos.

Algo que no hay que perder de vista, como lo he mencionado anteriormente, es identificar las actividades que nos causan placer. Pero no un placer efímero sino esos que alimentan el espíritu y permiten cargar las baterías para salir nuevamente al ruedo todos los días.

¿Y tú, cómo haces para que la rutina diaria no te consuma? Si tienes alguna recomendación, no dudes en compartirla a través de un comentario.

Luminoso camino,

@helenistica


El derecho de quejarse

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No me quejo, así me comunico

No me quejo, así me comunico

Para quienes aun no lo saben, quejarse es deporte nacional en Francia. Justificado o no, me atrevería a decir que forma parte del ADN del frenchi promedio.

Pudiera parecer inofensivo pero el hecho de “râler” (que en castellano significa renegar) es el estado permanente de muchas personas por aquí. Quejarse de todo en todos lados y por cualquier cosa: está nublado, hace calor, el tráfico… los franceses expresan la queja abiertamente sin pudor alguno, sea asunto propio o ajeno.

Al no haber nacido en la misma cultura debo decir que tanto renegamiento  me desconcierta.

¿Acaso el decidir ver el claro antes que el oscuro nos hace mejores ante los demás?

Me pregunto si el quejarse por aquí dará puntos extra… haciéndolos parecer más inteligentes, críticos, ágiles, ambiciosos, mejores ciudadanos o mejores personas…

Hace varios años que percibo la queja como una constante entre la gente de aquí y al principio me parecía hasta divertido. Después, empecé a experimentar cierta inmunidad, bloqueando mis oídos ante los habituales gruñidos ajenos (que no respetan hora ni edad) poniendo mis ojos en blanco al escuchar reniegos sobre cosas a mi criterio irrelevantes.

Así me la llevaba hasta que escuché decir a alguien que “el no quejarse refleja falta de carácter”.

Dicho razonamiento me provocó bastante incomodidad pues me sentî completamente aludida al considerarme alguien que trata de verle el lado bueno a las cosas (la mayoría del tiempo) y quien según algunos se queja poco o casi nunca.

Hoy conozco las razones por las cuales no estoy de acuerdo y no, no es la resignación mexicana la que habla.

Desde mi perspectiva, la falta de carácter es no llevar a cabo las acciones necesarias para cambiar algo que nos molesta. Dejar que sea la marea la que marque el rumbo en lugar de hacerlo uno mismo.

Para mí, la fortaleza de carácter no se refleja necesariamente vociferando las 24 horas a la menor provocación. Expresar la inconformidad a través de diarrea verbal (contaminando de paso el entorno) no sirve de nada si no se llevan a cabo las acciones necesarias para cambiar lo que nos molesta.

¿Demasiado tráfico? Levántate más temprano, ¿No te gusta el clima? Quítate o ponte ropa, ¿No quieres hacer algo? No lo hagas, hazlo sin quejarte o busca la manera de no volverlo a hacer. En pocas palabras, creo que hay que anticipar y ser creativos con soluciones a largo plazo en lugar conformarse con el alivio efímero que provoca la queja pasajera.

Manifestar las inconformidades ha dado paso a las grandes luchas sociales que se llevaron (y se siguen llevando a cabo) en este gran país: ¡cierto!. Más vale afuera que adentro ¡correcto!.  Y sí, quejarse constituye un ejercicio saludable cuando la queja está respaldada por una acción, de lo contrario se vuelve pura exhalación de dióxido de carbono.

Mensaje para los frenchis de mi parte «Quejarse por todo no refleja la falta de carácter sino el tener un muy mal carácter» ahí se las dejo.

«Râler pour tout et n’importe quoi ne reflète pas la manque de caractère… mais plutôt le fait d’avoir un sale caractère» (Helenistica)

@helenistica