Retrouvailles

Reencontrarse con viejos amigos después de años de distancia permite transportarse magicamente en el tiempo.

La coincidencia, los diferentes caminos recorridos,  las arrugas hablándonos acerca de cómo hemos vivido, aquel brillo en nuestros ojos permanece.

Recordamos lo que somos y lo que fuimos durante una época de la vida en la que la locura pesaba más que la razón.

Escuchamos los ecos que dejamos en el otro, observamos con ternura las huellas que quedaron en el pedazo de camino que juntos recorrimos alguna vez.

No sabemos nada de un próximo encuentro, pero tenemos la certeza de que aunque el tiempo pase, siempre nos quedarán el idealismo, la calidez y la pureza de lo que fuimos… al menos en el corazón.

@helenistica