El desafío de aprender cosas nuevas

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¿Cuándo fue la última vez que intentaste algo nuevo?

¿Cuándo fue la última vez que saliste de tu zona de confort por iniciativa propia?

El aprendizaje continuo es una de las paradojas de nuestro tiempo. Por un lado, contamos con recursos más accesibles que nunca y por el otro,  el ruido exterior nos dificulta identificar aquello que nos apasiona o encontrar el tiempo para llevarlo a cabo.

-Aprender- constituye en sí mismo un proceso disruptivo, mismo que para dar fruto no debe ser –a chaleco-«una imposición» sino por el contrario: un deleite; la motivación genuina y la perseverancia serán clave para sacarnos adelante y no desistir en el intento.

-Aprender- es también un ejercicio que implica contar con un alto grado de humildad y de escucha hacia los demás, sin olvidar tampoco la capacidad de auto-demostrarse un alto grado de amor y paciencia. Es bajar el volumen de los pensamientos, propios o ajenos,  que buscarán hacernos desistir. Es permitirse ser principiante en algo una vez más, sentir desconcierto, desesperación, así como la incertidumbre de no saber si los recursos y la energía que estamos invirtiendo en el momento darán algún fruto.

¿Si el aprendizaje es un proceso incómodo por qué vale la pena intentarlo?

Porque la vida transcurre más y más rápido. Gracias (o no) a la tecnología, nos encontramos bombardeados por un sinfín de estímulos externos que capturan nuestra atención indefinidamente. El punto aquí es que si no se destina un propôsito conscientemente al tiempo, este se escapará inconscientemente en -nada-.

Creo que todo llega en el momento justo, es decir: cuando uno está preparado, no antes, no después. Los “hubiera” son como el cero, no suman y no restan, lo que cuenta es el ahora.  Por eso si hoy has decidido empezar algo nuevo, felicítate por ello en lugar de recriminarte el por qué no lo habías hecho antes.

No te limites ni escuches frases como: “chango viejo no aprende maroma nueva” eso es falso. El espíritu en movimiento, curioso y alegre, se mantiene joven a diferencia de aquellos que viven a perpetuidad en la zona conocida y llena de dogmas.

Te comparto algo que me dejó pensando al salir de mi -desastrosa y confusa- primera lección de guitarra hace un mes y medio. Al terminar el curso le dije a una de las compañeras: “bueno, lo que cuenta es la intención” y ella llena de convicción me contestó: “no, lo que cuenta es la práctica”… me quedé muda, tiene toda la razón.

Por que toda tu vida tengas hambre de aprender 😊

@helenistica

 

 

 


Dejar pasar las emociones por el Arco del Triunfo

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Que no vaya a malinterpretarse. No es mi intención alburear a nadie ni tampoco sacar a relucir aquí alguna vulgaridad. Me encuentro compartiendo estas líneas porque (como suele sucedernos a muchos) acaba de cobrar sentido para mí una verdad que había tenido frente a mis narices por mucho tiempo. Se trata de una frase hecha, del dominio popular, que asimilada en plena conciencia promete darme la clave para vivir de manera más plena.

Escribo aquí esperando que esto que comparto lleve un poquito de luz y tranquilidad a todas aquellas personas quienes, como se diría coloquialmente suelen tomarse las cosas “muy a pecho”. Aquellas almas sensibles 😊 que -el 90% de las veces- asimilan los comentarios y acciones de otros de manera demasiado personal, lo reconozcan o no.

Dicho tipo de personas, sometemos (porque me incluyo) a nuestros propios cuerpecitos (corazoncitos, músculos faciales, estómagos y cuanta víscera más se encuentre involucrada) a los estrujones que producen inevitablemente las emociones, mismas que experimentamos todos los que circulamos por el camino de la vida.

Entrando en materia, nunca había reflexionado ni me hubiera imaginado que pudiese dársele un sentido tan profundo a la expresión “pasarse las cosas por el Arco del Triunfo”.

Sin afán de hacer referencia exclusiva a la monumental obra ubicada en la Avenida de los Campos Elíseos de la capital francesa, misma que fungía como puerta por la cual atravesaban (y siguen atravesando) los victoriosos en Francia, quiero referirme a cualquier arco como la estructura por la que se puede libremente circular.

Sin saber nada de psicología, quiero imaginar la forma en la que cambiaría mi calidad de vida mental si dejara pasar libremente por mi mente y cuerpo las emociones negativas como se circula a través de un arco.

Por todos lados nos dicen que hay que evitar el estrés, pero lo que nadie menciona es que, como seres humanos, es bastante complicado que no seamos receptivos al mismo, ni a las emociones destructivas, los comentarios negativos, los fenómenos circunstanciales, etc.

Probablemente existan personas que son estoicas u otras que cuentan con un grado avanzado en la práctica milenaria de la conchudez y el vale madrismo. Sin embargo, habemos otro grupo al que el asimilar los elementos del entorno aún se nos dificulta y tras experimentar -inserte aquí el hecho negativo aleatorio de su preferencia- podemos estacionarnos en la rumiación indefinidamente, ganándonos a pulso el el título de los “sentiditos” del grupo (calma, saber reconocerlo ya es ganancia).

Tal vez no podamos hacer mucho para mantenernos inmunes a los perturbadores agentes externos, quizás hemos pasado demasiado tiempo con la estrategia equivocada de “evitar” en lugar de «permitir» a las emociones invadirnos plenamente hasta traspasarnos… con la condición de dejarlas partir tal como llegaron, así como si pasasen por un arco.

Y sí, efectivamente, en el momento en el que logremos practicar con destreza dicha habilidad mental, podríamos denominarnos a nosotros mismos “arcos” en el manejo triunfal de las emociones.

Por que puedas pasarte todo por el Arco del Triunfo 😛

@helenistica


Que el operacional de la vida no disuelva tus ganas de vivir

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Imagen cortesía de ageheureux.centerblog.net

A veces, si no es que más seguido de lo que pensamos, la cotidianidad y la velocidad de la vida nos sobrepasan. Sin darnos cuenta quizás, pasamos  una gran parte de nuestro tiempo entre los pendientes, trayectos y las obligaciones diarias.

Sería maravilloso si existiera una señal de alerta que se activara al descubrirnos viviendo la vida en “piloto automático”. Y es que eso no es vivir, sino sólo ir pasando los días con la capacidad de soñar adormecida por la preocupación, el miedo o el realismo excesivo.

Alarma

No sé si forme parte de nuestra naturaleza como seres humanos, pero imagino que más de uno hemos cometido el error de pensar alguna vez que el mundo gira en torno a nuestras “grandes” pequeñeces… lo cual no puede ser más falso.

Muchos hablan acerca de no perder de vista la “big picture” pero nadie dice cómo hacerle.

Y justamente, para evitar que nuestra vida se reduzca a sólo una secuencia de días, para no dejar que la llama interior se nos apague… el secreto es no permitir que el operacional de la vida nos haga perder de vista nuestros sueños ni las actividades que disfrutamos verdaderamente hacer.

Esto es aplicable al ámbito profesional, de pareja y a la íntima relación que cada uno lleva consigo mismo.

Aquí comparto algunas de las actividades que, por experiencia, me están ayudando a no nublar mi visión general del panorama por estar demasiado enfocada en los detalles :

-Leer : De todo y en lugar de ver televisión. Leer permite conocer, llenar la cabeza de otros mundos, de otras ideas, es sin duda una manera de viajar y de aprender.

-Viajar : Cada vez que sea posible. Viajar permite descubrir y enfrentarse a nuevas experiencias. Dependiendo del tipo de turismo que guste a cada quién, viajar permite salir de la zona de confort, o al menos de la zona conocida.

-No tomarse las cosas (ni a uno mismo) demasiado en serio. En el más exquisito y distinguido español mexicano,  esto se llama “vale-madrismo”. En castellano se conoce como relativizar las situaciones :) .

-Descansar, hacer pausas : Algo que en lo personal me cuesta trabajo, pero que sigo tratando de llevar a cabo. Descansar es necesario, permite resetear el cerebro, ver con claridad. Hacer respiraciones profundas ayuda, sin embargo el descanso es necesario para poder seguir siendo productivos.

Algo que no hay que perder de vista, como lo he mencionado anteriormente, es identificar las actividades que nos causan placer. Pero no un placer efímero sino esos que alimentan el espíritu y permiten cargar las baterías para salir nuevamente al ruedo todos los días.

¿Y tú, cómo haces para que la rutina diaria no te consuma? Si tienes alguna recomendación, no dudes en compartirla a través de un comentario.

Luminoso camino,

@helenistica


Terapia para uno

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Jardines de Giverny

¿Por qué escribo?

Escribo porque es el único universo donde mi excesiva orientación al detalle y mi mal hábito de «andarse por las ramas», juegan finalmente a mi favor y no en mi contra.

Escribo porque me permite conectar conmigo. Porque he llegado a un punto en el cual ya no me cabe, ni en el pecho ni en la cabeza, lo que escucho con todos los sentidos.

Escribo porque haciendo memoria, Dios me dejó ver desde pequeña, que era una de los talentos con los que me bendijo. Ponerlo en práctica es mi manera de honrarlo.

Escribo por vanidad y por diversión. Porque la sensación de leerse tiempo después, al menos a mí, me permite recordar lo que en aquel entonces me movía, reirme de mi misma y es tan refrescante como verse a sí mismo en una foto antigüa.

Escribo porque si lo que no se usa acaba por no servir… no quiero que mi corazón se convierta en un tiradero de ramas secas sino que se conserve como un jardín fértil, con flores de colores y olor a tierra mojada.

Dicen por ahí que escribir hace bien. Yo no lo supongo, tengo la certeza de que al menos para mí así es.

¿Y tu por qué escribes?

@helenistica


Más que 365 oportunidades

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Marc Chagall - Ópera Garnier Fotografía @helenistica, 2015

Marc Chagall – Ópera Garnier
Fotografía @helenistica, 2015

Algunos gustan de comparar el nuevo año con un lienzo en blanco…  me agrada la idea pero no soy artista, al menos de pinceles. 😀

Tenemos frente a nosotros un fondo blanco y una paleta entera de posibilidades… y colores. Una metáfora que sin duda puede llegar a ser bastante profunda y dar para reflexionar laaargo y tendido.

Pero fuera de analogías, lo cierto es que cada quien tiene el poder de definir cómo quiere vivir cada uno de los 365 días que vienen. Y sí, tenemos EL PODER puesto que en uno mismo reside la CAPACIDAD DE DECIDIR.

Los pesimistas lógicos 😉 dirán que la capacidad de decidir está limitada por las circunstancias personales… sin embargo, como muchos otros, pienso que pese a ellas todos seguimos teniendo la capacidad de decidir.

Cada uno tiene el poder de determinar CON QUÉ ACTITUD quiere vivir el momento presente.

Atención: este concepto es sólo apto para valientes (aquellos que son expertos en personificar el papel de víctimas y los fans de la cultura sufridora telenovelezca: favor de abstenerse, puede ser una idea revolucionaria en contra de su filosofía interna calibre «espíritu de mártir» :0 ).

¿Por qué en enero?

No faltará el contreras que diga: «Aaaash, es tan mainstream* definir los propósitos en enero» o el esotérico que salga con su: «¿Por qué no mejor comenzamos el 08 de febrero que es el inicio del año chino?» o el financiero que quiera empezar después del día de corte de su tarjeta de crédito… ninguno está equivocado.

El cambio de cifra en el contador nos permite tomar cierta perspectiva e instintivamente hacer un balance, sobre cómo nos fue y lo que queremos, lo que pudimos realizar y lo que quedó pendiente, traemos fresco el recuerdo y la idea generalizada de volver a empezar. Para muchos otros podría hacerse con la llegada de la primavera o el cumpleaños… es lo de menos, lo importante es tomarse el tiempo de reflexionar y ajustar las velas.

Eso sí, lo que nos dure el impulso y lo correctamente que hayamos trazado nuestros objetivos es harina de otro costal…

¿Visualizarlo ayuda?

En indicadores, en uvas, en una lista de propósitos escrita, en una foto… A mi me gusta tener una imagen del antes y el después (y no precisamente de esas que circulan en redes sociales de gente perdiendo peso o cambiando de look). Una fotografía mental de los logros y progresos adquiridos el año pasado. Y digo una fotografía mental porque no todos los logros pueden visualizarse dentro de una fotografía física, como no todas las experiencias de la vida pueden resumirse en un CV.

«Todo cambia» diría el Heráclito, cuanta razón tenía. Si no somos los mismos entre ayer y hoy, con mayor razón no seremos los mismos después de un año.

Y tu, ¿Invertiste o despilfarraste tus 365 días del 2015? ¿Eres una mejor versión de ti mismo? ¿Qué aprendiste?

Tener presente el saldo del 2015 puede servir de trampolín para vivir más y en mejor conciencia el 2016.

2016: ¡Eres bienvenido!

@helenistica

Más de 365 oportunidades

 

*Mainstream: Cultura de masas (anglicismo que literalmente significa corriente principal), se utiliza para designar los pensamientos, gustos o preferencias predominantes en un momento determinado en una sociedad (Wikipedia)


Querido cuerpo

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Querido cuerpo,

Durante estos días hemos pasado un tiempo a solas tú y yo (vaya de qué manera). Mira que tenerme en cama durante más de tres días no fue muy buena jugada de tu parte… No te lo tomo a mal pues me doy cuenta que llevabas tiempo pidiéndome de manera sutil que te escuchara. Ahora veo que no fui muy amable contigo al no detenerme para ponerte un poquito de atención.

Pasado este periodo en que la enfermedad me ha doblegado, quiero que sepas que en mi debilidad he sabido reconocer tu grandeza.

Invadida por la fiebre me has mostrado que eres un gran luchador de batallas. Me has enseñado que no sólo es importante dormir sino descansar.

Con la metodología de la expulsión de flemas me has hecho comprender que no soy un dromedario y que hidratarme continuamente no es negociable.

Me recordaste que debo hacer tres comidas equilibradas al día; no sólo para poder tolerar la acidez de los medicamentos cuando estoy enferma, sino SIEMPRE pues alimentarse correctamente es como abonarle a la cuenta de la salud.

Obligándome a permanecer en arraigo domiciliario durante una semana me has permitido tomar conciencia de mis prioridades y entender que todo puede esperar porque primero tengo que cuidarte.

Me has mostrado quienes se preocupan por mí y el bien que hacen las muestras de afecto. Aunque creo que es más divertido ponerse en contacto para chacharear que para pasarse remedios y menjurjes en el apuro (no es queja; el caldo de pollo, la mezcolanza de tés y el vaporub fueron muy eficaces).

Gracias por hacerme valorar la importancia de respirar para vivir… y que hay que hacerlo con alegría. Es bonito poder distinguir entre mi semblante coqueto y mi versión de espantapájaros zoombie.

Te quiero y te agradezco todo lo que haces por mí, hagamos las paces.

@helenistica

P.D.: Bueno, aunque el ver todo lo que tengo que lavar como resultado de esta invasión virulienta no me motiva demasiado, sé que hasta en esas tú estás conmigo pues en este barco vamos juntos los dos. :)


Mensaje en botella

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Puerto Vallarta, México. Fotografía cortesía de @ceronne

Puerto Vallarta, México.
Foto cortesía de @ceronne

Por @helenistica

En pleno mar de la soledad

una botella es lanzada al agua.

Celosa en ella un mensaje guarda

que ansioso espera a ser leído.

Las olas van y vienen sin parar,

más al llamado nadie aún ha respondido.

 

Aunque el horizonte parece vacío estar

yo continúo emitiendo mi llamado.

Certeza de que alguien lo reciba no poseo,

sólo el mar con su eco me responde

poniendo a prueba mi paciencia y mis deseos

a veces mi esperanza entre la arena se esconde…

 

Pero repentinamente observo el panorama,

escucho el ritmo constante de las olas,

mi pecho se llena con la brisa salada

y no dejo de sentirme afortunada

de estar viva y pensar que no estoy sola,

que todo cuestión de tiempo y ganas.

 

Seguramente han habido días mejores,

con la confianza que da lo conocido,

sin embargo los periodos de incertidumbre

nunca están exentos del camino.

Continuar siempre es mejor que lamentarse,

lanzar la botella cada día antes que desmoronarse…

 

Si tu al igual que yo, frente a un mar estás

recuerda que no te encuentras del todo solo

respira profundo y levanta la frente,

pues la bruma nunca es permanente

para quien decide tomar riesgos

y su destino forjar valientemente.

Paciente camino,

@helenistica


Dunas nocturnas

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Nocturna

Por @helenistica

Avanzo en el desierto de la noche

sola con mis tres caballos.

La calma reina, los minutos pasan y la luna distante

descansar aconseja a los caminantes.

 

El caballo de mi mente no obedece,

le gusta sin rumbo galopar,

perderse en senderos extraños,

el tiempo no sabe interpretar.

 

Mi segundo caballo lo sigue sin dudar,

lo llamo “Corazón” pues alegre es

y con él no se puede razonar.

Anda noblemente y no cuestiona,

aunque el miedo nos persiga jamás me abandona.

 

Cuerpo es el más viejo de los tres,

los años lo han hecho sensato.

Se resiste a avanzar y dormir quiere,

pero con los otros por delante

no le queda más que seguir el trote.

 

Y ahí van los tres a galope,

llevándome por inciertos y desconocidos caminos,

los minutos se han hecho horas

sin llegar a nuestro destino.

 

El cansancio a vencernos comienza

y la marcha cada vez se torna más lenta.

Con los colores del amanecer en el horizonte

detenerse finalmente han decidido,

más no he sabido en qué momento

pues a mí el sueño ya me ha vencido.

 

Nocturno camino :)

@helenistica


Regalos de vida

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Para celebrar mi entrada en la tercera década de vida pasé algún tiempo pensando en cuál sería el mejor regalo a hacerme a mí misma.

Soy algo romántica con la idea de inaugurar etapas 😛 Para mí, cerrar los veintes para dar paso a los treintas es un motivo digno de celebración y me puedo pasar el año entero festejando.

Aunque queden un montón de sueños por cumplir, y más vale que siempre los haya, me gusta pensar que he entrado en el tercer piso sintiéndome en mi mejor forma, física y mental (pese a todos los asuntos en curso de resolución :) ).

Creo he aprendido a aceptar y amar mi cuerpo tal cual es. No sabría decir si esto es gracias a la sabiduría que trae consigo la edad (si es que esto existe) o la madurez que me ha dejado el vivir lejos de México, de mi familia de origen y el rollo del entorno conocido. Lo cierto es que siento que, entre las vueltas que da la vida, he tenido espacio para conocerme mejor, cambiar hábitos y apreciar algunos de los detalles simples pero importantes que la conforman.

En este, mi año número 30, quería hacerme a mi misma un regalo simbólico que no hubiera recibido jamás.

Deseaba algo que me proporcionara cierta adrenalina, que me recordara siempre la juventud y la locura, que fuera significativo pero sin rayar en lo banal. De adolescente pensé alguna vez en lanzarme en paracaídas, después me pasó por la cabeza la idea de viajar a mi destino soñado o hacerme tatuaje…  pero nada de esto terminaba de convencerme.

Yo buscaba algo que no fuera fácil de tener y que no necesariamente pudiera comprarse con dinero.

Fue entonces cuando casi sin querer, vino instalándose poco a poco en la mente la idea de correr un 20km para celebrar la vida. Muchos pensarán que correr un 20km es un paso inevitable para alguien que lleva corriendo 4 años forzadamente regularmente, con distancias máximas de 10km pero no es así.

El running es una disciplina que cada quien decide llevar hasta donde le place. Y para alguien como yo, que como he compartido en ocasiones, pasó 25 años de su vida creyendo que tenía nulo talento para los deportes, quien detestaba sudar y realizar cualquier esfuerzo (y se asustaba al mínimo dolorcito que pudiera manifestarse en su cuerpo), para alguien así, el decidir correr 20km es algo que no solamente cuesta sino que también exige cierto compromiso.

A nivel running, los entrados en estos menesteres no me dejarán mentir que 20km es una distancia que se prepara. Quienes hemos hecho carreras de 5, 10 ó 15km sabemos lo que es ir avanzando durante una carrera y ver cómo se van quedando algunos en el camino.

Y no es que yo quisiera terminar la carrera en un tiempo record pero sí tenía bien claro que, salvo por alguna lesión durante el trayecto que me dejara tirada en el suelo, no me permitiría a mi misma caminar durante la carrera, no señor.

Aquellos que entrenan distancias superiores a los 10km sabrán que los 20km implican algo de resistencia, y que por lo cual conviene preparar poco a poco al cuerpo para el desgaste (plantas y dedos de los pies, rodillas, etc.). Una carrera de 20km implica saber administrar recursos como la energía y la hidratación. El running es un acto que requiere de escuchar al cuerpo, oh sí.

Yo no soy experta pero suelo decir a mis amigos y familiares que para mí, correr es parecido a conducir un auto estándar…

Es tanta la atención que se presta al cuerpo que este se convierte en un noble vehículo que va indicando por si mismo qué paso hay que llevar. Preparar un 20km implica escucharse a si mismo durante un rato, identificar los dolores, la sed, el cansancio, las bajas de glucosa para justamente evitar que lleguen durante la carrera, poniendo remedio antes de que se presenten.

Bueno, pues todo esto yo lo aprendí durante mi preparación de los 20km que correría para celebrar mis 30 años de vida, nada más y nada menos que en la ciudad de Paris.

Acompañada por Cookies, mi compañero de aventuras 😛 , pasamos gran parte del verano realizando carreras largas y otro poco de intervalos. Llevar una alimentación de calidad, un ritmo adecuado de sueño y el realizar otra actividad cardiovascular complementaria para fortalecer piernas y rodillas no está demás.

Los motivos de cada corredor son valiosos y muy personales, no importa cuales estos sean. Lo cierto es que estos deben ser lo suficientemente fuertes para hacernos cambiar la comodidad de las pantuflas por el movimiento de unos tenis saltarines…

Así que, con el paso de las semanas continuamos gustosamente los entrenamientos, cuidando prevenir cualquier lesión muscular (o mal paso) yo bastante ilusionada con la idea de regalarme esos 20km.

Sin embargo y como suele suceder con las historias que merecen la pena de ser contadas 😉 debido a un par de excesos… a una semana y media del gran día, agarré un bicho virus que el médico diagnosticó como faringitis. Con temperatura, dolores musculares y flemas de todos colores, tuve que pasar 5 días encerrada en mi casa sin salir ni a la panadería de enfrente, literal.

A una semana del 20km de Paris teníamos los 10kms de Nike Paris-Centre, una carrera que Cookies y yo llevamos 3 años corriendo de manera consecutiva y que sería el trámite preparatorio antes de los 20km. Anda la osa (¡!) … fue muy desmoralizante para mí tomar la decisión de no correr esos 10km :(

Sin embargo aprendí que para ganar una guerra es importante seleccionar cuidadosamente las batallas que se van a pelear.

En mi caso yo tenía que dejar pasar esta para poder estar en condiciones para el domingo siguiente. Con los ojos inflamados de llorar y creo debido al polvo (anécdota local), al día siguiente  de la carrera que no corrí, mis ojos amanecieron de un rojo vampiro que me duró como 4 días, más salada imposible :(

Y pues bien, pese a los nervios, las expectativas y a las pequeñas piedritas en el camino, que no hicieron otra cosa que darme más cuerda 😉 el domingo 11 de octubre de 2015 corrí mis primeros 20km contenta y hecha una fiera :) :) ). No por haberlo hecho en un tiempo récord (los hice en 2h06’17”) sino porque esta carrera me permitió descubrir mi lado salvaje, confirmar mi tenacidad y agradecer una vez más a mi cuerpo el llevarme por caminos que nunca hubiese podido imaginar.

¡Celebremos la vida!

@helenistica

20km de Paris - Fiera

20km_de_Paris - Echando lámina

2015-10-11 18.47.08

 


Retrouvailles

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Reencontrarse con viejos amigos después de años de distancia permite transportarse magicamente en el tiempo.

La coincidencia, los diferentes caminos recorridos,  las arrugas hablándonos acerca de cómo hemos vivido, aquel brillo en nuestros ojos permanece.

Recordamos lo que somos y lo que fuimos durante una época de la vida en la que la locura pesaba más que la razón.

Escuchamos los ecos que dejamos en el otro, observamos con ternura las huellas que quedaron en el pedazo de camino que juntos recorrimos alguna vez.

No sabemos nada de un próximo encuentro, pero tenemos la certeza de que aunque el tiempo pase, siempre nos quedarán el idealismo, la calidez y la pureza de lo que fuimos… al menos en el corazón.

@helenistica