Un regalo inesperado

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Un día como cualquier otro me encontraba en mi curso de francés. La clase se llevó a cabo como siempre,  alegre y dinámica. El grupo de 12 estudiantes nos encontrábamos participando y tratando de articular lo mejor posible, las palabras y emociones que traemos en la cabeza y el corazón pero que, a veces no fluyen a la velocidad de nuestra lengua materna.

El tiempo terminó y antes de salir del salón, la maestra (que me había estado mirando fijamente en diferentes momentos de la clase) me entregó una hoja de papel, con mi rostro dibujado en ella, inmortalizando para mí ese momento que siempre me hará recordar con cariño esa, su clase de francés.

Merci beaucoup Mme. Oxana.

Mi maestra de francés